lunes, 10 de septiembre de 2007

Recorrido












El “Chiquitón”, un bar de Junín y República Dominicana. Cortina a tiras multicolores, interior oscuro, tres o cuatro mesas chicas, las sillas, televisor en blanco y negro, mostrador con portavasos de aluminio y los vasos bocabajo, secándose. Afuera, las paredes son bicolores: azul y blanco descascarados con rastros negros; el marco de la ventana es verde claro y los vidrios son transparentes abajo y opacos arriba (allí está pintado el nombre del bar), una cortina de tela impide el paso de la luz. Así era.Ahora, cuando pasamos, notamos que la leyenda sobre el vidrio está intacta, entonces nos detenemos y le decimos al dueño que queremos fotografiar las letras pintadas. No tiene problemas. Mientras estamos en la tarea alguien lo llama desde mitad de cuadra: “¡Chiqui!” Estamos en presencia del mismísimo Chiquitón, descubrimos. Después el tipo vuelve, hace como treinta años que tiene el bar, está contento de que lo fotografíen. El local está justo en la esquina, adentro continúa siendo chico, oscuro, con pocas mesas; pero está cambiado. El dueño pareció notar la desilusión: “No, yo lo remodelé”, dice, casi pidiendo disculpas. El mostradorcito de material había sido revestido con azulejos de colores.